Cada vez jugamos más. Con juegos de mesa como "Los colonos de Catán” o en la consola con "Mario Kart”. El mercado de los juegos sociales está en auge. Una tendencia que atrae sobre todo a los adultos.
¿Qué impulsa al ser humano a jugar? Esta pregunta acompaña la historia de la humanidad desde sus comienzos. A primera vista, carece de móvil evolutivo, sólo sirve para disfrutar sin más. Sin embargo, esa actividad esconde mucho más que pasar un rato agradable. Nuestros antepasados cazadores-recolectores tuvieron que desarrollar capacidades para conocer su entorno; y lo hacían de una forma lúdica. Lo mismo que los niños sondean su entorno hurgando en la arena o probando cosas en la boca, aquellos parientes lejanos dieron importantes pasos evolutivos explorando de forma lúdica. Con las primeras sociedades más complejas hace cinco mil años aparecen los juegos de tablero. Los seres humanos no sólo crearon Estados y monedas, sino también juegos. Así surgió el ajedrez, un juego táctico, y siglos después el Monopoly, un simulacro del capitalismo inmobiliario.
Hoy en día, empresas e instituciones educativas aprovechan para sus fines el potencial del juego. Las emociones que desata en los jugadores pueden ponerse al servicio de la productividad. La denominada ludificación parece imparable. En las escuelas se depositan grandes esperanzas en desbloquear con el juego procesos lectivos anquilosados y, al mismo tiempo, alcanzar mejores resultados en el aprendizaje. No obstante, el efecto de la ludificación no está exento de polémica. Además, con el mayor número de jugadores también aumenta el número de ludópatas. Desde que la OMS reconociera la ludopatía como enfermedad, los expertos discuten sobre el uso adecuado del juego.
Es decir, jugar es un fenómeno inseparable de la vida, como lo formuló el ludólogo Jens Junge, pero también entraña peligros. La cuestión hoy es: ¿Hay un límite sano en el juego? ¿Cuándo cruzamos ese límite?
viernes, 26 de mayo de 2023
¿Por qué jugamos? El floreciente negocio de los juegos sociales | DW Documental
Ubicación:
Estados Unidos
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