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Un avión vuela sobre el río Rímac, al costado del nuevo aeropuerto Jorge Chávez en el Callao.
Photographer: Manuel Orbegozo/BloombergSin puente y sin metro: el nuevo aeropuerto de Lima es una debacle
Los errores reflejan las duras consecuencias de la interminable turbulencia política de Perú
Llegar tarde a un vuelo es un temor universal para cualquier viajero. Pero el nuevo aeropuerto en la capital de Perú llega con obstáculos que prometen una experiencia particularmente horrible.
Los
vuelos empiezan a operar en solo siete semanas, pero todavía falta
construir una autopista que lleve a los viajeros al nuevo terminal, que
costó US$2.000 millones. Tampoco se construyó un puente para cruzar el
río que corre por el perímetro del terreno del nuevo aeropuerto.
Se
ha planeado una nueva parada de metro llamada “Aeropuerto”, pero esa
estación recién se va a inaugurar en tres años y no llega al aeropuerto
nuevo, sino al viejo que está a punto de cerrar.
“Tener una
estación llamada ‘Aeropuerto’ donde ya no va a estar el aeropuerto es,
digamos, el ejemplo mas gráfico de nuestra falta de planificación como
país”, dijo Carlos Gutiérrez, gerente general de AETAI, la asociación
que representa a la industria aeronáutica en Perú.
Vista aérea del viejo y el nuevo aeropuerto Jorge Chávez
El nuevo terminal está ubicado al oeste del aeropuerto viejo
Fuente: Planet Labs
Nota: Imágenes de satélite tomadas el 18 de enero de 2025
Esos errores, que pueden dejar a muchos perplejos en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, son la dolorosa consecuencia de la turbulencia política sin fin de Perú. Una inclinación por destituir y encarcelar presidentes ha traído como consecuencia muchos cambios gubernamentales. Desde 2001, Perú ha tenido 24 ministros de Transportes y Comunicaciones. Tanta inestabilidad está pasándole factura a un país que antes estuvo en auge y parecía ser una isla de relativa estabilidad en comparación con sus pares en Latinoamérica.
🇵🇪 Sin puente y sin metro: el nuevo aeropuerto de Lima es una debacle. https://t.co/aq7g0mYOOo@mrochabrun nos cuenta cómo estos errores reflejan las duras consecuencias de la interminable turbulencia política de Perú. https://t.co/ZTkiffFnyb pic.twitter.com/pAJdmSOlAb
— Bloomberg en Español (@BBGenEspanol) February 7, 2025
El aeropuerto actual, el sexto más transitado de la región y un hub para Latam Airlines Group Inc, está al límite. Por el aeropuerto pasaron 24 millones de pasajeros el año pasado, casi el doble de su capacidad. El terminal nuevo podrá acomodar a 30 millones de pasajeros y tendrá la capacidad para crecer hasta 60 millones.
Las autoridades han estado hablando de la necesidad de construir un nuevo aeropuerto por décadas, finalizando los planes en el 2018 para construir un nuevo terminal al oeste del viejo. La construcción está a cargo de la alemana Fraport AG, a través de su subsidiaria local Lima Airport Partners. Pero Perú ha tenido siete presidentes desde entonces, y con todos los vaivenes el proyecto se descarriló.


“Si uno quiere poner un ejemplo de lo que nos cuesta al país la inestabilidad política, la volatilidad en los cargos públicos y la corrupción, entonces no hay que mirar más allá que esto”, dijo Paola Lazarte, una ex ministra de Transportes que dejó el puesto en septiembre de 2023 luego de nueve meses.
La inauguración del nuevo aeropuerto, que se encuentra en la provincia de Callao, cerca a Lima, está programada para el 30 de marzo. El gobierno peruano está tratando desesperadamente de que los accesos estén listos. Para ello, ha creado una nueva entrada al aeropuerto, distinta a la ubicación de la nueva autopista, donde ha colocado dos puentes temporales prefabricados para cruzar el río Rímac. Estos puentes normalmente se usan en situaciones de desastres naturales.
Los puentes van a permitir que los autos privados lleguen desde las vías congestionadas hasta el terminal, pero no hay todavía un sistema de transporte público y no hay espacio para que los peatones crucen el río. Eso es un problema para los 17.000 trabajadores del aeropuerto, quienes en su mayoría llegan al aeropuerto actual usando transporte público. Y las autoridades también están preocupadas por la seguridad de los viajeros que van a verse forzados a enfrentar un tráfico intenso en una zona considerada peligrosa que rodea el aeropuerto.
En
privado, las autoridades gubernamentales y LAP se culpan mutuamente de
la situación. LAP dice que la infraestructura del aeropuerto ha sido
completada como fue ordenada originalmente, pese a que el gobierno se
demoró más de una década en proveer los terrenos para el terminal. Pero
LAP también enfrentó una situación vergonzosa cuando inauguró una nueva
torre de control con vidrios que creaban un efecto de visión doble para
los controladores aéreos. Esos vidrios han sido reemplazados. LAP no
aceptó un pedido de entrevista con el gerente general, Juan José Salmón.
Por su parte, el gobierno no tiene una explicación general de qué fue lo que ocurrió mal y culpa a administraciones pasadas.
El ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez-Reyes, quien lleva 16 meses en el cargo, tampoco aceptó un pedido de entrevista. Él ha dicho que el nuevo aeropuerto va a ser el mejor de Sudamérica y que le va a cambiar el nombre a la estación de metro “Aeropuerto” para evitar cualquier confusión. También ha dicho que el estado va a mandar cientos de policías a resguardar el área alrededor del aeropuerto para garantizar la seguridad ciudadana.
“Tener seguridad es importantísimo”, dijo Salmón el año pasado. “Imagínense que ocurra algo con un bus cargado de turistas en esa zona del Callao, sería catastrófico”.
Hasta ahora, se prevé que la línea de metro sea finalizada en 2028, aunque no hay planes concretos para que esta llegue al nuevo aeropuerto. La empresa detrás del proyecto dice que no está interesada en participar en la construcción de esa extensión. El gobierno ha dicho que la autopista al aeropuerto, que también está retrasada por problemas de acceso a tierras, va a estar lista también en 2028. El puente es parte de ese proyecto.
Bryan Castillo, el fundador de la Asociación de Arquitectos del Callao, dice que el proceso errático para lograr que el nuevo aeropuerto entre en operaciones es una señal de la falta de planificación en el gobierno. A Castillo le preocupa que la nueva autopista sea un feo divisor de la zona, y cree que fue diseñada para esconder el área de los visitantes más ricos.
“Es todo muy insultante, muy estigmatizante”, Castillo dijo en una entrevista. “Recién ahora nos estamos dando cuenta de lo importante que hubiera sido tener una planificación urbana”.
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